Novena de
Pentecostés
PRIMER DÍA
(Viernes)
(Viernes)
¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luñ!
¡Danos, desde tu clara altura celestial, tu puro radiante esplendor! EL ESPÍRITU SANTO Sólo una cosa es
importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo una cosa hay que temer: el
pecado. El pecado es el resultado de la ignorancia, debilidad e indiferencia.
El Espíritu Santo es el Espíritu de Luz, de Fuego y de Amor. Con sus siete
dones ilumina la mente, fortalece la voluntad, e inflama el corazón con el amor
de Dios. Para asegurarnos la salvación debemos invocar al Divino Espíritu
diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues
nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo
intercede por nosotros” (Rom 8,26).
ORACIÓN: Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, Gloria.
ORACIÓN: Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, Gloria.
Oración por los 7 dones del Espíritu Santo:
(todos los días)
(todos los días)
Oh, Señor Jesucristo, que antes
de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra
en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo
Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu
amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas
perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el
Espíritu de Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina
verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más
seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para
que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda
conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia
de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios
dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo.
Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en
todas las cosas con tu Espíritu. Amén.

No hay comentarios:
Publicar un comentario