QUINTO DÍA
(martes)
(martes)
¡Luz inmortal! ¡Divina Luz!
¡Visita estos corazones tuyos y llena nuestro más íntimo ser! EL DON DEL
CONOCIMIENTO El don del Conocimiento permite al alma darle a las cosas
creadas su verdadero valor en su relación con Dios. El conocimiento
desenmascara la simulación de las creaturas, revela su vacuidad y hace notar
sus verdaderos propósitos como instrumentos al servicio de Dios. Nos muestra el
cuidado amoroso de Dios aún en la adversidad, y nos lleva a glorificarlo en
cada circunstancia de la vida. Guiados por su luz damos prioridad a las cosas
que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El
conocimiento es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov 16,22).
ORACIÓN: Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que pueda percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las cosas de la tierra, que tenga idea de su vanidad y las use sólo para tu gloria y mi propia salvación, siempre por encima de ellas mirándote a Ti y tus premios eternos. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, Gloria.
Oración por los 7 dones del Espíritu Santo:
(todos los días)
(todos los días)
Oh, Señor Jesucristo, que antes
de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra
en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo
Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu
amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas
perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el
Espíritu de Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina
verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más
seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para
que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos
que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda
conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia
de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios
dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de
reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo.
Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en
todas las cosas con tu Espíritu. Amén.

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