lunes, 21 de enero de 2013

¿Jesús en la Eucaristía?

El beato Santiago Alberione, consagrado a la evangelización a través de los medios modernos de la comunicación, en una ocasión describió que la visita a Jesús Eucaristía era muy importante, no una pérdida de tiempo, sino:

“Un encuentro del alma y de todo nuestro ser con Jesús.
Es la criatura que se encuentra con el Creador.
Es el discípulo junto al Maestro divino.
Es el enfermo con el Médico de las almas.
Es el pobre que recurre al Rico.
Es el sediento que bebe en la Fuente.
Es el débil que se presenta al Omnipotente
Es el tentado que busca Refugio seguro.
Es el ciego que busca la Luz.
Es el amigo que se dirige al Amigo verdadero.
Es la oveja descarriada buscada por el Pastor divino.
Es el corazón desorientado que encuentra el Camino.
Es el ignorante que encuentra la Sabiduría.
Es la esposa que encuentra al Esposo de su alma.
Es la nada que encuentra el Todo.
Es el afligido que encuentra al Consolador.
Es el joven que encuentra orientación para su vida”
(UPS II p. 104).

Sería interesante que nos preguntáramos… Tu alma y la mía, ¿dónde encuentran su consuelo?, ¿a qué médicos recurrimos cuando nos sentimos mal?, ¿cuáles son las aguas que calman nuestra sed a diario?, ¿dónde nos refugiamos cuando tenemos miedo?, ¿desde dónde iluminamos nuestras vidas?, ¿de quiénes tomamos esa sabiduría práctica para la vida cotidiana?, ¿en quién nos apoyamos?, ¿quién es nuestro guía?...

Sea Dios, pues, quien ilumine nuestros caminos para que de él nos alimentemos, fortalezcamos nuestros pies cansados y podamos tomar un respiro a su lado, para que podamos sentir nuestro yugo más suave con la ayuda del Señor. Así, podremos exclamar desde el corazón al estilo de Pablo, todo lo puedo en Aquél que me fortalece (Fil 4, 13).
Amén.

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