Por: Farud Bríñez
Este es el interrogante que en ciertas ocasiones nos ha puesto a pensar. Dependiendo de las buenas o malas situaciones que vivamos damos nuestra opinión sobre él. Pero más allá de describirlo o darle un significado debemos mirarlo como un sentimiento que emana de Dios y que como tal debe ser vivido alegremente.
A diario, con nuestra pareja, nuestros amigos, nuestros seres queridos vivimos el amor. Compartir un momento, sea de alegría o de dolor, y nos lleva a compartir un sentimiento que se hace mutuo cuando nos conocemos como dos seres que hemos sido creados para amar en toda ocasión.
Ver el lado bueno de las situaciones por las que Dios nos guía exige mirar detenidamente su presencia en cada cosa que hacemos, en los momentos buenos y en aquellos que no lo son.
Abrir el corazón de par en par a Cristo, a la escucha de su Palabra, es abrirnos a su amor y dejar que sea Él quien inunde todo nuestro ser, nuestras relaciones, nuestros pensamientos... sólo así podemos trasmitirlo a los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario