viernes, 29 de junio de 2012

Novena a San Pablo. Día 9

Oramos con la Biblia...
“Le he dado avisos en público y en privado, he tratado de convencer a judíos y griegos para que se convirtieran a Dios y creyeran en Jesús, nuestro Señor. Ahora como ven, forzado por el Espíritu voy a Jerusalén sin saber qué es lo que me espera allí. Eso si, el Espíritu Santo me asegura en todas las ciudades por las que paso que me esperan prisiones y sufrimientos. Pero nada me importa mi vida, ni es para mí estimable con tal de llevar a buen término mi carrera y el ministerio que he recibido de Jesús el Señor...” (Hechos 20, 20-24).


Reflexionamos...
La preeminencia del amor 1Corintios 13
Estamos llegando al final del camino que nos ha trazado Pablo y que mejor que cerrar esta novena con sus propias palabras:

“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y todas las ciencias, aunque tuviera toda la fe, una fe de capaz de trasladar montañas, sino tengo amor no soy nada…

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad...

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás. Las profecías acabaran, el don de lengua terminará, la ciencia desaparecerá, porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño hablaba como unos niños, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, deje a un lado las cosas de niño…

Ahora vemos como un espejo confusamente, después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente, después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra ahora existen tres cosas, la fe, la esperanza y el amor pero la más grande de todas es el amor”.


Rezamos juntos...
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
San Pablo, valiente constructor y difusor de la Iglesia de Cristo...
¡Ruega por nosotros!

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