San Luis
Gonzaga
San Luis Gonzaga
fue el mayor de 8 hijos de un matrimonio formado por el príncipe imperial
Ferrante Gonzaga, Marqués de Castiglione delle Stiviere (Italia), hermano del
duque soberano de Mantua, y por su madre llamada Marta. Nació el 9 de marzo de
1568 y ya desde pequeño, tuvo sus inquietudes religiosas, aunque su padre se
empeñó que tenía que ser caballero y seguir un camino de la
"nobleza". Con esta idea, le enseño modales y todo lo relacionado con
las armas, pero ... él no sabía que su hijo pasaba de "pijerías" y de
niveles de "alto standing" y que el único ejército que quería servir
era el de Cristo.
Sus primeros años. Luis viajó por diferentes países para educarse bajo los servicios de
la nobleza a la cual pertenecía, pero en sus tiempos libres aprovechaba para
rezar y conversar con Dios durante horas y horas. Con tan sólo 10 años y cuando
era el paje del gran duque de Toscana, hizo el voto perpetuo de virginidad
delante de una imagen de la Virgen en la ciudad de Florencia. Su director
espiritual fue el gran sabio jesuita San Roberto Belarmino, el cual le aconsejó
tres medios para llegar a ser santo: frecuente confesión y comunión, mucha
devoción a la Madre de Dios y leer vidas de Santos.
La decisión de hacerse religioso en España. San Luis estuvo también en España como paje de honor
del príncipe Diego, hijo del rey Felipe II. Allí aprovechó para licenciarse en
filosofía, concretamente en la Universidad de Alcalá de Henares y también para
conocer la espiritualidad de Fray Luis de Granada. Durante el tiempo que estuvo
en España dedicó muchísimas horas a la contemplación y a la oración.
Fue también en España, concretamente en Madrid, cuando Luis decidió hacerse jesuita e ingresar en la Orden de la Compañía de Jesús. Cuenta la tradición, que su vocación a entrar en dicha orden religiosa le vino después de visitar una imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo venerada hoy en el Colegio Imperial de los Jesuitas.
Fue también en España, concretamente en Madrid, cuando Luis decidió hacerse jesuita e ingresar en la Orden de la Compañía de Jesús. Cuenta la tradición, que su vocación a entrar en dicha orden religiosa le vino después de visitar una imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo venerada hoy en el Colegio Imperial de los Jesuitas.
La humildad de Luis como jinete. Hay una historia que cuenta que su padre, el Marqués de Castiglione
delle Stiviere, organizó un gran almuerzo en los jardines de su propia
residencia invitando a las chicas más guapas de la comarca con la intención que
su hijo se enamorara y dejara atrás la decisión de hacerse religioso. Al final
de la comida, todos los hombres invitados desfilaron montados a caballo
haciendo exhibiciones, como si aquello fuera un concurso de jinetes. Nuestro
amigo Luis, también desfiló, pero montado encima de un burro y mirando hacia
atrás. ¡Ya te puedes imaginar como se quedó su padre!, ¡Si le hubieran pinchado
no le hubiera salido sangre!.
Luis se hace jesuita. Aquella actitud fue suficiente para que el Marqués no perdiera más
tiempo con sus intenciones y dejara a Luis con su verdadera devoción. Cuando
entró en el noviciado de los jesuitas en Roma, su padre escribió al general de
la orden lo siguiente: "Hago saber a vuestra señoría reverendísima que le
entrego lo que más quiero en este mundo y la mayor esperanza que tenía para la
conservación de esta mi casa ...". Cabe decir, que al cabo de unos años,
su padre se arrepintió de aquellas actitudes beligerantes contra su hijo y que
descubrió el mensaje de Jesús gracias a las visitas que ambos tenían.
Su carisma. Luis se
caracterizó por su obediencia incondicional, por su pureza de corazón, su amor
a los pobres y enfermos y por una gran devoción a la eucaristía, a la vida de
santos y a la Virgen. Probablemente, al leer tantas vidas de santos, nació
también en su corazón la necesidad de mortificarse, realizando estrictos ayunos
y a vivir pobre entre los pobres. Un ejemplo lo tenemos a finales del siglo XVI
cuando estalló en Italia la epidemia de la peste. La Compañía de Jesús prestó
sus asistencia en los hospitales de Roma y Luis Gonzaga se distinguió en su
asistencia a los enfermos: les curaba las llagas, les hablaba tiernamente y con
humildad, los endulzaba con relatos evangélicos... Como te puedes imaginar, él
también quedó infectado y moriría muy joven a la edad de 23 años. Era el 21 de
junio de 1591, el viernes siguiente a la festividad del Corpus Christi, día
dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Se dice que cuando falleció miró
fijamente un crucifijo y recitó una frase de uno de uno de los salmos de la
Biblia, muy acorde para aquel momento: "Que alegría cuando me dijeron:
vamos a la casa del Señor".
Si te fijas en la estampa, vemos a un crucifijo en las manos de Luis, y también a una calavera que significa que en esta vida solamente estamos de paso. Hay también unos lirios que simbolizan la gran pureza de esta santo.
Si te fijas en la estampa, vemos a un crucifijo en las manos de Luis, y también a una calavera que significa que en esta vida solamente estamos de paso. Hay también unos lirios que simbolizan la gran pureza de esta santo.
Un hombre que llevaba la paz. Una de las ocupaciones que tuvo Luis fue la de ir de ciudad en ciudad
para poner paz entre familias que estaban peleadas. Cuando él era enviado a
poner tranquilidad entre las parejas enemistadas, éstas ante sus palabras de
esperanza y de humildad, aceptaban hacer las paces y a no volverse a tirar
"los platos por la cabeza". Buen ejemplo, querido cibernauta. Si te
peleas con tu mujer porque no te deja ver el fútbol por la tele, ya sabes,
¡invoca a San Luis!.
Patronazgo e invocaciones: al morir tan joven San Luis Gonzaga es el patrono oficial de la
Juventud. También se dice que a lo largo de su corta vida padeció dolores de
estómago, por lo que es uno de los santos preferidos para invocar si tienes
estas dolencias, eso sí, después de haber tomado una buena "Sal de
Frutas".
Se le tiene mucha devoción en la población de Castiglione delle Stiviere y también protege a aquellos laicos que ayudan en las labores de su parroquia. También le puedes invocar en el momento que tengas que tomar grandes decisiones y para la estabilidad matrimonial.
Se le tiene mucha devoción en la población de Castiglione delle Stiviere y también protege a aquellos laicos que ayudan en las labores de su parroquia. También le puedes invocar en el momento que tengas que tomar grandes decisiones y para la estabilidad matrimonial.
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