Por: Felix Jimenez Érase una vez un filósofo llamado Moisés Mendelson. Era brillante y compasivo pero tenía un gran defecto físico. Era jorobado. Moisés se enamoró de una joven hermosa, hija de un rico banquero. Moisés, un día, visitó al padre de la joven y le preguntó con diplomacia cómo veía su hija la posibilidad de casarse con él.
El padre dudaba en contestarle y finalmente le dijo: "Mi hija está asustada porque... Moisés terminó la frase: "porque soy jorobado". Sí, dijo el padre porque eres jorobado. Después de un largo silencio, Moisés le pidió que le dejara verla con el pretexto de despedirse. El padre se lo permitió y subió a la habitación donde la joven estaba ocupada en su bordado.
Comenzaron a conversar y terminaron hablando sobre el matrimonio. En un momento de la conversación la joven le preguntó si creía en el viejo dicho de que "los matrimonios se hacen en el cielo". Por supuesto -dijo el filósofo- y te voy a contar lo que a mí me sucedió… Como sabes, cuando un niño nace todos los ángeles del cielo se ponen a gritar: "Este niño está destinado a casarse con esta niña especial". Está decretado desde toda la eternidad y nadie lo puede cambiar.
Cuando yo nací los ángeles hicieron el anuncio de costumbre y pronunciaron el nombre de mi futura esposa. Pero desgraciadamente, la mujer de Moisés tendría una horrible joroba. Entonces grité con todas mis fuerzas ante todos los ángeles: "Señor, no, una joven con joroba vivirá amargada y será objeto de todas las burlas. Señor, no, una joven tiene que ser hermosa... por favor, dame a mí la joroba y quitasela a ella. ¿Y sabes qué? Dios escuchó mi oración y fui feliz.
Yo soy ese muchacho y tú eres esa muchacha. La joven vio a Moisés con nuevos ojos, se enamoró aún más de él y se convirtió en su fiel y amante esposa.
Moraleja: Jesús quiso cargar con todos nuestros defectos, pues de lo contrario nuestra vida sería una eterna amargura, ¿será que al igual que la hermosa jovencita del cuento nos enamoraremos cada vez más de Jesús por este acto valeroso? Él vino a cargar con la joroba, que es símbolo de nuestro pecado, y lo hizo tan sólo movido por amor.
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