Por: http://bit.ly/15eHZQ2 Dije al almendro: háblame de Dios y el almendro floreció. Dije al pobre: háblame de Dios, y el pobre me ofreció su capa. Dije al sueño: háblame de Dios y el sueño se hizo realidad.
Dije a un campesino: háblame de Dios y el campesino me enseño a labrar. Dije a la naturaleza: háblame de Dios y la naturaleza se cubrió de hermosura Dije a un amigo: háblame de Dios y el amigo me enseñó a amar.
Dije a un pequeño: háblame de Dios y el pequeño sonrió. Dije a un ruiseñor: háblame de Dios y el ruiseñor se puso a cantar. Dije a la fuente: háblame de Dios y el agua broto.
Dije a mi madre: háblame de Dios y mi madre me dio un beso en la frente. Dije a la gente: háblenme de Dios y la gente se amaba. Dije a la voz: háblame de Dios y la voz no encontró palabras.
Dije al dolor: háblame de Dios y el dolor se transformó en agradecimiento. Dije a la Biblia: háblame de Dios y la Biblia se ahogó de tanto hablar. Dije a Jesús: háblame de Dios y Jesús rezó el Padrenuestro.
Dije temeroso al sol poniente: háblame de Dios y el sol se ocultó sin decirme nada. Pero al día siguiente, al amanecer, cuando abría la ventana me volvió a sonreír.
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