Por: http://bit.ly/aptiEl (adaptación) Un hombre susurró en tono de oración: "Señor Dios, habla conmigo…" Y un Ruiseñor comenzó a cantar. Pero el hombre no oyó.
El hombre repitió: "Señor Dios, habla conmigo…" Y el eco de un trueno se oyó. Más el hombre fue incapaz de oír.
El hombre miró alrededor y dijo: "Señor Dios, déjame verte…" Una estrella brilló en el cielo. Pero el hombre no la vio.
El hombre comenzó a gritar: "Señor Dios, muéstrame un milagro…" Un niño nació en ese mismo instante. Mas el hombre no sintió el latir de la vida.
El hombre comenzó a llorar y a desesperarse: "Señor Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo…" Y una mariposa se posó suavemente en su hombro. El hombre espantó la mariposa con la mano y desilusionado continuó su camino, triste, solo y con miedo.
Moraleja: ¿Hasta cuándo mantendremos nuestros ojos y nuestros corazones cerrados, para los milagros que Dios nos presenta en todo momento?
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