lunes, 15 de julio de 2013

Él lavó mis pies


Una historia sobre cómo Jesús nos enseña a tener un corazón humilde y dispuesto

Esa noche, la cena fue muy especial. Había en la atmósfera un aire a santidad que no quería dejarnos ni un solo instante. No lo sé, no podría explicarlo claramente.

Sentados alrededor de la mesa, comiendo en silencio, esa cena nos pareció la más importante de todas las cenas que hemos tenido en nuestra vida. Intentamos vivir muy intensamente lo que significaba la venida de Dios al mundo, su inmenso amor que hizo que muriese sobre la cruz para salvarnos.

De repente, aquél a quien estábamos celebrando se puso delante de nosotros. ¿Pueden imaginar cómo nos sentimos? Dios mismo estaba parado frente a nosotros, mirándonos. Su ternura y amor nos envolvió inmediatamente mientras que Él se inclinaba hacia nosotros. Luego, se arrodilló y dijo: "Te escogí a ti para lavarte tus pies porque te amo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario