¿Cómo participo yo? Precisamente la oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas es la finalidad de esta celebración. Sin embargo, como laico, religioso o sacerdote, estamos todos invitados a orar
primeramente por nuestra propia vocación:
dar gracias a Dios por los bienes recibidos,
pedir perdón por las incorrespondencias y faltas, e
invocar la luz del Espíritu Santo para seguir con su gracia adelante;
en segundo lugar, se nos invita a acoger la invitación del Divino Maestro “Rueguen al dueño de la mies que envíe bueno obreros a su viña”.
Además, podemos sumar a esta oración que es personal, la celebración de la Santa Misa, la adoración eucarística, si es necesario el sacramento de la reconciliación, el rezo del rosario, y cualquier acto de caridad que se tenga con los hermanos.
Es importante recordar que:Cuando hablamos de vocación no debemos pensar sólo en las monjitas, seminaristas, religiosos y sacerdotes, pues
la vocación es el llamado que Dios le hace a cada uno de sus hijos para anunciarlo con su vida y testimonio.
Esto nos recuerda que el matrimonio y quienes optan por una vida célibe (o de soltería), al igual que los religiosos han recibido dones y cualidades que les permiten desarrollarse de manera plena, cada quien desde su propio estado de vida, y pueden así, alabar a Dios y ser felices una vez que se han descubierto amados por Dios.
Te dejamos a continuación dos oraciones escritas por el Beato Padre Santiago Alberione, una es por la propia vocación y la otra para que haya buenas y santas vocaciones en la viña del Señor.
Oración por la propia vocación
Padre celestial, creo en tu sabiduría y en tu amor. Creo que me creaste para el Paraíso, me señalaste el camino para alcanzarlo y allá me esperas para darme el premio del siervo fiel. Dame tu luz, muéstrame ese camino y dame la fuerza de seguirlo con generosa correspondencia.
Te lo pido por Jesucristo, tu Hijo, y por María, mi Reina y Madre. Que pueda también yo, el día de mi muerte, exclamar con San Pablo: “He terminado mi carrera, he sostenido el buen combate y ahora espero la corona de los justos”.
Amén.
Oración para obtener vocaciones
Jesús, Maestro Divino, que has dicho: “La mies es mucha, pero los obreros pocos”, con amor recibimos tu invitación: “Rueguen al Padre celestial para que envíe obreros a la siega”. Suscita una cruzada vocacional: “Todos los fieles para todas las vocaciones”.
¡Haya más sacerdotes! Y sean sal de la tierra, luz del mundo, ciudad puesta en alto, para salvación de la humanidad redimida con tu sangre. Que llenen la tierra de institutos y comunidades que acojan a tus elegidos; que sean comunidades de luz y de calor, manantiales de espiritualidad, Jardines de santos, para cantar: “Gloria a Dios y paz en la tierra a las personas de buena voluntad”.
María, “la elegida de Dios”, Madre y protectora de las vocaciones, ruega por nosotros y por todos aquellos a quienes Dios ha llamado.
Amén.
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