Revestido de Jesús, que cautivó su vida,
es sacerdote para siempre, mi párroco y guía.
Él se ha entregado por completo,
a la misión de pastor y guía.
Él es Jesús entre nosotros.
Él es el pastor que nos guía.
Qué hermoso es verlo, cuando perdona las almas sufridas.
Qué grandioso es contemplarlo, cuando consagra el pan y el vino.
Cuando es hostia viva.
Lleva un tesoro escondido, mi párroco y guía.
Lleva escondido a Jesús, maestro y guía.
Qué gran misterio y don ha regalado Dios,
a los pastores que nos guían.
Prolongar su ministerio de amor,
sanar almas y dar nueva vida.
Gracias Jesús, por estar en el sacerdote y prolongar la vida.
Gracias por darnos tu amor, tu paz y alegría.
Por: bit.ly/123kPOe
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