martes, 28 de mayo de 2013

Fe y paraguas


En un pueblito de zona rural, se produjo una larga sequía que amenazaba con dejar en la ruina a todos sus habitantes debido a que subsistían con el fruto del trabajo del campo. A pesar de que la mayoría de sus habitantes eran creyentes, ante la situación límite, marcharon a ver al párroco y le dijeron:

‒ Padre, si Dios es tan poderoso, pidámosle que envíe la lluvia necesaria para revertir esta angustiante situación.
‒ Está bien, le pediremos al Señor, pero deberá haber una condición indispensable.
‒ ¡Díganos cuál es!, respondieron todos.
‒ Hay que pedírselo con fe, con mucha fe, contestó el sacerdote.
‒ ¡Así lo haremos, y también vendremos a Misa todos los días!

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