Muchas personas hacen dieta, quieren quitarse algunos kilos de encima porque están con sobrepeso. Los cristianos, movidos por nuestra Fe tenemos una dieta especial que nunca falla. Hoy vamos a referirnos al sobrepeso que nos genera el pecado.
El texto de Hebreos 12, 1 nos introduce diciéndonos que para poder caminar en la fe, debemos despojarnos de todo aquello que nos estorbe; en palabras dietéticas, hemos de entender que tenemos que ‘bajar de peso’ y quitarnos el estorbo del pecado.
¿Cómo realizar este tipo de dieta? 1. Los ojos. Nuestros ojos son la ventana de nuestra alma, usemos la vista que el Señor nos ha regalado para contemplar su creación, en vez de mirar programas que sólo despiertan nuestro morbo, veamos, por ejemplo, un buen documental que nos edifique, que nos dé cultura, conocimiento.
2. Los oídos. Hay que tener mucho cuidado con lo que escuchamos, la letra de muchas canciones, por ejemplo, últimamente son ofensivas y dañinas. Un discípulo del Señor no pierde el tiempo escuchando tonterías, chismes, albures o pláticas absurdas; por el contrario, tiende a agudizar su oído para escuchar la voz de Dios, que le habla a través de los acontecimientos cotidianos.
3. Hablar. Hay quienes hablan pestes de las personas, quienes difaman a los demás con tal de que se quiten de su camino… las palabras salidas de nuestra boca, muchas veces con toda intención perjudican, hieren, comprometen y dañan, ¡hay que tener cuidado!
Efesios 4, 29 dice: “No salga de sus bocas ni una palabra mala, sino la palabra que hacía falta y que deja algo a los oyentes”.
4. Los pensamientos. Los virus que atacan el alma comienzan controlando nuestros pensamientos arrastrándolos lejos de una vida cristiana. Filipenses 4, 8 nos dice: “Piensen en lo verdadero, en lo que es digno de respeto, en lo recto, en lo puro, en lo agradable, en lo que tiene buena fama, en toda clase de virtudes, en lo que merece alabanza”. En la mente se originan los actos humanos, ¡cuánto cambiaría nuestro mundo si todos vigiláramos nuestros pensamientos!
5. Alimento. Para bajar de peso es esencial cuidar el balance alimenticio. 1Pedro 2, 2 nos enseña: “Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y obtengan la salvación”. Esta leche, este alimento lo encontramos principalmente en la Biblia, en las enseñanzas de Jesús, de la Iglesia, y muy palpablemente en la ejemplar vida de tantos santos: hombres y mujeres que orientaron sus vidas hacia el Reino de Dios.
Anímate, pues, y empieza una dieta muy cristiana, comencemos a quitarnos esos feos gorditos que nos produce el pecado. Aquí se mencionan sólo algunas ideas, pero podemos encontrar otras muchas maneras para alcanzar nuestro objetivo: aprender a correr el maratón de la vida que tenemos por delante.
Que tengas un excelente día y que Cristo Maestro te bendiga. Por: http://bit.ly/17xAypK [adaptación]
No hay comentarios:
Publicar un comentario